
Mötley Crüe, Def Leppard y Kraken; Inolvidable, increíble…sencillamente ¡Qué Gonorrea!
No encontraba un mejor título para esta publicación; porque siento que lo que vivimos en el Parque Simón Bolívar, fue el encuentro tal vez más grande, en cuestión de razones por las cuales nos gusta el rock. Obviamente todo era expectativa en días previos al show, era como tener la cita con el primer amor o el amor de tu vida; y cada vez era más fuerte lo que se sentía internamente al pasar por el parque en la carrera 68. Si miramos atrás para los amantes del rock y los que conocen algo de la historia de los conciertos en Bogotá, este fue un tributo también para un escenario que fue inaugurado por Def Leppard hace más de 25 años; llegar ese sábado con temperaturas promedio de 22 grados, sol radiante, muchas carpas, chorizos y chuzos, cerveza, amistad…pareciera que las estrellas estuviesen confabulando algo tan grande que solo podría ser tapado por algo.
Todo estaba saliendo bien, incluso al conocer en horas de la mañana que Joey Elliot se encontraba hospitalizado por “soroche”, confiamos tanto en que todo iba a salir bien, que salió como nuevo para este concierto. El día estaba saliendo perfecto, era como si la lluvia se espantara por la energía rockera de la gente, algunos accesos rápidos desde las 4 de la tarde, camisetas de Motley Crue, cintas de Def Leppard, canciones de Kraken; todo era un llamado de la naturaleza para estar en el sitio correcto. El ingreso, aunque para algunos complicado, se daba con normalidad; carpas, almuerzos, parejas, hombres, mujeres, prensa, cámaras…todo listo para un show que prometía ser increíble y así fue.

No terminaba de ingresar el público y daba comienzo una de las bandas insignia de rock en Colombia, tal vez la única que podría en estos momentos abrir un show como este. Con toda la fuerza del Titán llegaron a arrasar en el escenario, tal vez muy corto el tiempo para lo que Kraken puede dar, pero también lo suficiente para que su voz se escuchara en el parque y el alma de Elkin Ramírez llegara a todos los asistentes en la voz de Roxxana Restrepo. Aplausos y rock and roll al terminar esta banda, para dar paso a unos minutos de espera; como cuando vas al colegio y esperas el boletín de calificación, la expectativa era tal que todos al unísono cantaron la cuenta regresiva para una explosión de rock. De una manera inigualable Def Leppard iniciaba su presentación con un carrusel de sentimientos, y si me pregunta alguien si lloramos?, claro que sí, porque ver a esta banda es tener recuerdos de rock and roll, de colegio, de bar, de amigos que ya no están, de amores que nunca fueron. Elliot no solo explotaba de alegría en su voz, sino que tenía alientos de dar gracias a quienes lo curarían en la mañana; Take What You Want daba inicio a toda una experiencia que llevaremos en el corazón y aunque sabemos que faltaron canciones creo que el corazón terminó lleno después de escuchar Lets, Animal, Armageddon Itt, Hysteria. Creo que todos parecíamos niños cantando todo este recital, con un cierre espectacular con Photograh para que podamos decir por segunda vez ¡Qué Gonorrea!

Se apagaban las luces lentamente y comenzaba nuevamente la expectativa, reacomodarnos para poder ver a una de las insignias de lo que podríamos llamar ese rock sexy, atrevido, elegante de los años 80. Música lista, luces listas, senos listos y a rockear; Wild Side abría con la despampanante voz de Vince Neil y la majestuosidad de la guitarra de de John 5 quien haría bien en llegar despúes del retiro de Mick Mars, Shout At The Devil, Too Fast For Love, Looks That Killl daban ese gran salto del show, increíble ver bailarinas danzar en coros inimaginables; para así llegar a Nikki Six quien pedía sensualidad a las asistentes, además de subir a una afortunada al escenario, para luego del show casi con lágrimas de alegría agradecer a todos los asistentes en un show mágico. Tommy Lee no pasaba desapercibido, y con un gran solo de batería daba comienzo al fin del show. Fue un lugar mágico por varios días, el momento de revivir el rock que estaba dormido y al otro no levantarse de la cama de la emoción de saber que gozamos tanto, que ya habíamos perdido la costumbre.
Nuestro agradecimiento a la organización OCESA y Queen Street Talent por hacer de esta noche, nuestra noche, y como lo dije al iniciar este artículo después de mágico, divino, increíble e histórico, creo que todos al unísono en todo el concierto gritamos ¡Qué Gonorrea!
Juan Pablo Álvarez, Colonia Records
Ocesa Colombia